Esto quiere decir que, si impulsados por un objetivo desacomodamos toda nuestra vida, el logro del
resultado buscado se verá sometido a numerosos accidentes y aún, si
efectivamente se consigue, tendrá amargas consecuencias.
Si, para obtener
dinero o prestigio, desacomodamos nuestra salud, sacrificamos nuestra gente
querida, nos despreocupamos de otros valores, etc., es posible que surjan tales
accidentes, que no logremos el resultado buscado. En otros casos, puede ser que
lo obtengamos pero ya no habrá salud para disfrutarlo, ni seres queridos con
quienes compartir, ni otros valores que nos den sentido.
“Las cosas están bien cuando marchan en
conjunto” y esto es así, porque nuestra vida es un conjunto que requiere
equilibrio y desarrollo adecuado, no parcial. Si bien hay cosas más importantes
que otras, cada persona debería tener una verdadera escala de valores para que
lo primario, lo secundario, lo terciario, pudieran cumplirse proporcionalmente.
Con la fuerza que debe aplicarse a cada cosa de acuerdo a la importancia
fijada, todas marcharían en verdadero conjunto.