“Ningún Ser Humano nace violento,
la violencia no es un destino, es una intención. La intención opuesta es
posible. La metodología de la no-violencia es el único camino válido para
desterrar la violencia en el mundo”.
En el 2007 la Asamblea General de la Organización de
las Naciones Unidas (ONU) instauró al 2 de Octubre, día del nacimiento de
Mahatma Gandhi, como “Día Internacional de la No Violencia”. Así pues, este año
celebramos su décimo primer aniversario.
La violencia, en todas las formas imaginables, se expande por el
planeta. Guerras convencionales, territorios ocupados, amenazas nucleares... que podrían
desembocar en una catástrofe nuclear futura, hambrunas, migraciones masivas,
explotación económica, crisis de millones de refugiados, ataques terroristas,
violencia en las escuelas, en las ciudades, en los hogares y violencia también
en el interior de las personas, que se expresa como sufrimiento interno y genera
destrucción. La
violencia, en todas sus formas es parte fundamental de un sistema
individualista y deshumanizante cuya metodología
de acción, siempre genera más violencia.
Sin embargo, observando los acontecimientos de
estos últimos años es posible vislumbrar una vía de solución al problema: la
“metodología de la no-violencia activa”.
La no-violencia es una nueva sensibilidad que comienza a expresarse en la
creciente oposición a distintas formas de violencia en distintos continentes y
en grandes y pequeños conjuntos humanos e incluso en acciones individuales.
La
no-violencia
es una metodología de acción que impulsa una profunda transformación individual
y social, poniendo al ser humano como valor central.
La
no-violencia
es una fuerza capaz de modificar la dirección violenta e inhumana de los
acontecimientos actuales.
La
no-violencia promueve
una nueva actitud interna y externa frente a la vida, teniendo como
herramientas principales:
- El cambio personal, el fortalecimiento y el desarrollo interno, y la transformación social simultánea
- El rechazo y el vacío a las diferentes formas de discriminación y violencia.
- La no-colaboración con las prácticas violentas.
- La denuncia de todos los hechos de discriminación y violencia.
- La desobediencia civil frente a la violencia institucionalizada
- La organización y movilización social, voluntaria y solidaria.
- El desarrollo de las virtudes personales y de las mejores y más profundas aspiraciones humanas.
La metodología de la no-violencia se ha
expresado en la historia con claras acciones y desarrollos en su intento de trasformar
al mundo. Aportes como los realizados por León Tolstoi, Mahatma Gandhi, Martin
Luther King, Mandela y, más recientemente, por el guía de la no-violencia y
fundador de la corriente de pensamiento conocida como Nuevo Humanismo, Silo.
La metodología de la no-violencia se expresa
también en las miles y miles de acciones en común que millones de personas impulsan
a diario en todo el planeta. Organizaciones, grupos de voluntarios y personas
aisladas que con espíritu solidario intentan transformar las situaciones de
violencia que existen a su alrededor.
Son señales de la no-violencia, señales de
una nueva espiritualidad y una nueva solidaridad. Señales de un nuevo horizonte
personal y social que necesitamos construir. Son señales de una evolución
no-violenta de la que cada uno puede formar parte.
Poco a
poco se va comprendiendo que “sin progreso para todos no habrá progreso para
ninguno”.
Es el
momento oportuno para que se exprese el mensaje calmo y potente de la
no-violencia. Un momento de gran necesidad en que se deben expresar nuestras
mejores cualidades para construir un futuro no-violento.
Comunicado de La Comunidad para el Desarrollo Humano
2 de octubre de 2018
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