En esta época de gran cambio
están en crisis los individuos, las instituciones y la sociedad. El cambio será cada
vez más rápido y también las crisis individuales, institucionales y sociales.
Esto anuncia perturbaciones que tal vez no sean asimiladas por amplios sectores
humanos.
Las
transformaciones que están ocurriendo toman direcciones inesperadas produciendo
una desorientación general respecto al futuro y a lo que se debe hacer en el
presente.
El cambio está ocurriendo en
la economía, en la tecnología y en la sociedad; sobre todo está operando en
nuestras vidas: en nuestro medio familiar y laboral, en nuestras relaciones de
amistad. Se están modificando nuestras ideas y lo que habíamos creído sobre el
mundo, sobre las demás personas y sobre nosotros mismos. Muchas cosas nos
estimulan pero otras nos confunden y paralizan. El comportamiento de los demás
y el propio nos parecen incoherentes, contradictorios y sin dirección clara,
tal como ocurre con los acontecimientos que nos rodean.
Por
lo tanto, es fundamental dar dirección a ese cambio inevitable y no hay otra
forma de hacerlo que empezando por uno mismo. En uno mismo debe darse dirección
a estos cambios desordenados cuyo rumbo desconocemos.
Como los individuos no
existen aislados, si realmente dan dirección a su vida modificarán la relación
con otros en su familia, en su trabajo y en donde les toque actuar. Este no es
un problema psicológico que se resuelve adentro de la cabeza de individuos
aislados, sino que se resuelve cambiando la situación en que se vive con otros
mediante un comportamiento coherente.
El comportamiento coherente
Pensar, sentir y actuar en la
misma dirección y tratar a los demás como uno desea ser tratado, son dos
propuestas tan sencillas que pueden ser entendidas como simples ingenuidades
por gente habituada a las complicaciones. Sin embargo, tras esa aparente
candidez hay una nueva escala de valores en cuyo punto más alto se pone la
coherencia; una nueva moral para la que no es indiferente cualquier tipo de
acción; una nueva aspiración que implica ser consecuentes en el esfuerzo de dar
dirección a los acontecimientos humanos. Tras esa aparente candidez se apuesta
por el sentido de la vida personal y social.
Interés del taller
Reconocer nuestras
cualidades positivas y ponerlas al servicio de nuestros proyectos y actividades
cotidianas.
El descubrimientos de las cualidades a través de la coherencia y la solidaridad
Todos
podemos reconocer que en algún momento de nuestra vida somos coherentes (pensar,
sentir y actuar en la misma dirección) y solidarios (tratando a los demás como
uno quiere ser tratado). Si uno va a esos momentos podemos rescatar esas
cualidades cuando uno se mueve sin cálculo de beneficio, las aporta para dar
respuesta a una necesidad que tiene que ver también con otros y la experiencia
queda en la memoria como experiencia gratificante.
La
pregunta es, ¿como podemos repetir esas
experiencias en la vida cotidiana? ¿Cómo nos pueden ayudar a crecer como seres
humanos?
Vamos
a buscar reconocer en uno mismo esas cualidades o virtudes. Vamos a ver de
detectar aquellos aspectos en uno que son interesantes, positivos.
Hay
que tener cierta falta de pudor en el reconocimiento de las virtudes.
TRABAJO ESCRITO PERSONAL
Buscar
en mi experiencia cualidades que, en aquel momento, pudieron sorprenderme.
¿Qué
aspectos son las más interesantes que yo reconozco en mí? ¿Cómo detectar
cualidades que tengo y que desconozco?
- A. Haz una lista de cualidades positivas personales. No te preocupes si te resulta difícil al principio.
- B. Piensa en tres o cuatro personas a las que admiras (no importa si son cercanas o no, si viven o no) y busca una o dos cualidades en ellas. Esto incluso se podría poner en una escala, de las más a las menos interesantes.
INTERCAMBIO EN GRUPOS
En
caso extremo, si a uno no se le ocurre nada, podrá consultar con otro y que
desde afuera le comente las virtudes que ve en uno, lo más interesante.... Si
son varios, mejor. Vamos a buscar el reconocimiento, no de lo que ha salido
bien, sino de lo que tengo de interesante.
Maximizar nuestras virtudes en el sentido de la acción
Cuando
se buscan dificultades se encuentra bastante materia prima. Los problemas y
tensiones son fácilmente reconocibles. Las virtudes, en cambio, no tienen
asidero, son livianas como plumas.
Queremos
maximizar nuestras virtudes en el sentido de la acción.
La
sensación de nuestra propia vida puede tener sentido en la medida que
ejercitemos las mejores cualidades en la vida cotidiana
¿Cómo
se convierten nuestras virtudes en el sentido de la acción? Leo o escribo bien,
soy alegre, etc. y ¿qué hago con eso...?
¿Cómo
se convierten esas facilidades o ventajas en acciones? ¿Cómo sacarles provecho?
Si
no les sacamos rendimiento, no sirven. Si a esas acciones les puedo dar
rendimiento, bien. Si no, no son tan interesantes. Hay que darle volumen a
esto. Que las virtudes rindan a la hora de la acción.
Organicemos
un mínimo plan para darle volumen a esas virtudes (por ejemplo, comunicar
abiertamente, ser siempre el que anima, transmitir optimismo, dar respuesta en
momentos difíciles, disposición de ayuda).
Echémosle
una mirada a esa materia prima y organicemos con ella una estrategia de
conducta. Usemos las cualidades que tenemos.
Hay
que hacerlo con lo mejor de uno y eso hay que maximizarlo. ¿Qué es lo mejor que
uno tiene? ¿Con qué nos vamos a hacer cargo? Con lo mejor que tenemos. Lo
negativo está fuera de lugar. Esto no debe ser un “ir viviendo”; eso es aburrido,
es un ir muriendo. Hay que animar, entusiasmar.
Es
muy distinto cómo te interesas por el otro, si lo ves en positivo o en
negativo. No es lo mismo mirar a la gente con ese interés de posibilidades
abiertas, que con otra mirada. Para ello tengo que ver mis cualidades y
ponerlas a rendir.
TRABAJO ESCRITO PERSONAL
- Elabora un plan concreto de acción en tu medio inmediato (familia, amigos, vecinos…)
- Busca ahora aquellas virtudes que favorecerían a tu proyecto y aplícalas. ¿Qué tienes que reforzar? ¿Qué tienes que mantener?
INTERCAMBIO EN GRUPOS
SÍNTESIS. El trabajo
con las cualidades nos pone frente a un estilo de vida, positivizando lo mejor
de uno y de los otros; apoyándonos en esto podemos poner en marcha un cambio de
actitudes o comportamiento. Sería interesante tenerlo en cuenta durante esta
semana y observar si hay modificaciones en la relación con las otras personas.
PRÓXIMA REUNIÓN:
Miércoles 27 de noviembre de 20:00 a 21:30 horas
Tema:
Acciones válidas: "El principio de acción y reacción"
C/ Ponferrada, 4 local (Barrio del Pilar) junto a bar Pichy - 28029 Madrid
Metro Peñagrande
Metro Peñagrande
Se ruega confirmar asistencia: 615 34 30 29 - 617 722 444
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