El trabajo con el
fuego es un oficio. Un oficio que
enseña a proporcionar internamente. Se
va adquiriendo proporción interna gracias a ese trabajo externo mientras
aparecen problemas de exactitud y de detalle. Se trabaja tratando de lograr
pulcritud, proporción y orden al mismo tiempo que se va logrando permanencia.
La
experiencia con los hornos se
refiere a sustancias que se transforman.
En las
cerámicas el fuego es esencial.
La cerámica primitiva
no se cocía en hornos, sino en hogueras abiertas y hoyos en el suelo. Con el
tiempo se añadieron elementos para contener y dirigir mejor el fuego: un muro
de barro, niveles, techado… Pero este proceso no avanzó mucho más desde la
Antigüedad hasta la Revolución Industrial. Hasta ese momento los hornos más
avanzados eran los de China y Japón, que podían alcanzar temperaturas
superiores 1.200º C, cosa imposible en los hornos occidentales de barro cocido.
El trabajo con la materia es el trabajo con uno
mismo. Y nos proponemos cuidar tres intangibles: tono, permanencia y pulcritud.
El tono es un modo de hacer las
cosas, de manera reflexiva, con gusto e interés, sin compulsiones. La permanencia tiene que ver con que nos
proponemos un plan y lo vamos siguiendo, sin salirnos de lo primario y
resolviendo los problemas que van surgiendo. Y la pulcritud se desarrolla haciendo las cosas de forma ordenada, sin
excesos, tratando de ser ordenados con la cabeza y con el ámbito.
La esencia del taller son los transformismos: de la arcilla a la cerámica (el cambio de cualidad), lo que entra en el horno y sale convertido en otra cosa y con otro aspecto (raku).
Hay procesos que evolucionan lentamente pero, en otros momentos, las cosas dan un salto y se transforman, pasando a otro estado de forma irreversible, sin vuelta atrás.
Las piezas pueden romperse por choque térmico, exceso de humedad frente a la alta temperatura y la materia se rompe. O por burbujas que vienen de falta de amasado, no haber sacado bien el aire de la arcilla. Si forzamos al material hacia el calor antes de tiempo también puede estallar.
Entonces, pasos previos hechos de forma apresurada o la compulsión, la prisa, nos pueden llevar al accidente. Pero eso es también parte de la experiencia.
Hemos creado figuras que para cada uno tienen un significado, un sentido. Las hemos cuidado, las hemos hecho lo mejor que hemos sabido y ahora vamos a “arrojarlas” a la hoguera, debemos “soltarlas” y esperar que, siguiendo adecuadamente los pasos, todo salga bien y la pieza llegue al final, que cambie su cualidad, se transforme en cerámica y adquiera el color, el “traje” que queremos ponerle.
Como en toda experiencia, no solo aprendemos por lo que sale bien, también con lo que no sale y, sobre todo, por cómo lo enfrentamos.
Próximo taller: Conservación del fuego
14 de marzo | Río Jarama
La esencia del taller son los transformismos: de la arcilla a la cerámica (el cambio de cualidad), lo que entra en el horno y sale convertido en otra cosa y con otro aspecto (raku).
Hay procesos que evolucionan lentamente pero, en otros momentos, las cosas dan un salto y se transforman, pasando a otro estado de forma irreversible, sin vuelta atrás.
Qué podemos aprender
El paso a la cerámica es un proceso de secado, de sacar cosas de la materia (la humedad, el oxígeno) y quedarse con lo esencial.Las piezas pueden romperse por choque térmico, exceso de humedad frente a la alta temperatura y la materia se rompe. O por burbujas que vienen de falta de amasado, no haber sacado bien el aire de la arcilla. Si forzamos al material hacia el calor antes de tiempo también puede estallar.
Entonces, pasos previos hechos de forma apresurada o la compulsión, la prisa, nos pueden llevar al accidente. Pero eso es también parte de la experiencia.
Hemos creado figuras que para cada uno tienen un significado, un sentido. Las hemos cuidado, las hemos hecho lo mejor que hemos sabido y ahora vamos a “arrojarlas” a la hoguera, debemos “soltarlas” y esperar que, siguiendo adecuadamente los pasos, todo salga bien y la pieza llegue al final, que cambie su cualidad, se transforme en cerámica y adquiera el color, el “traje” que queremos ponerle.
Como en toda experiencia, no solo aprendemos por lo que sale bien, también con lo que no sale y, sobre todo, por cómo lo enfrentamos.
14 de marzo | Río Jarama
Buenos días. Hace algún tiempo un amigo, seguidor de Silo, y yo organizamos un taller de fuego en dos fases: mantenimiento del fuego durante una noche y elaboración de fuego mediante pirita y sílex.
ResponderEliminarQuedé encantado y me gustaría retomar el estudio de los oficios del fuego. ¿Que horarios tenéis en el Barrio del Pilar para las reuniones?
Gracias anticipadas
Hola, José. Acabo de ver tu mensaje (creo que me están fallando las notificaciones de comentarios). De momento, como imaginarás, tenemos todo el tema de los talleres cancelado, hasta que pase lo más crudo de la pandemia. Ahora estamos más centrados en otros temas. De todas formas, solemos estar los miércoles a las 19:30 horas. Escríbenos a: proyectoshumanistas@yahoo.es
Eliminar