jueves, 23 de diciembre de 2021

El paisaje de formación


Nacimos en una época en la que existían vehículos, edificios y objetos en general, propios de aquel momento; también existían ropas y aparatos de uso cotidiano. 

Era un mundo de objetos tangibles que se fue modificando a medida que pasaron los años. Muchos objetos que formaron parte de nuestro medio infantil, ya no existen. Otros han sido tan modificados que nos resultan irreconocibles. Por último, han sido producidos nuevos objetos de los que no se tenía antecedentes en aquella época. Basta recordar los juguetes con los que operábamos y compararlos con los juguetes de los niños de hoy, para entender el cambio de mundo producido entre varias generaciones.

Pero también ha cambiado el mundo de objetos intangibles: valores, motivaciones sociales, relaciones interpersonales, etc. En nuestra infancia, en nuestra etapa de formación, la familia funcionaba de un modo diferente al actual; también la amistad, la pareja, el compañerismo. Lo que se debía hacer y lo que no (es decir, la normativa de la época), los ideales personales y grupales a lograr, han variado considerablemente. 

En otras palabras: los objetos tangibles e intangibles que formaron nuestro paisaje de formación, se han modificado. 

Pero he aquí que, en este mundo que ha cambiado, mundo en el que opera un paisaje de formación diferente para las nuevas generaciones, tendemos a operar en base a intangibles que ya no funcionan adecuadamente.

El paisaje de formación se expresa como conducta, como un modo de ser y de movernos entre las personas y las cosas. Ese paisaje también es un tono afectivo general, una «sensibilidad» de época no concordante con la sensibilidad de la época presente. 

La generación que hoy se encuentra en el poder (económico, político, social, científico, artístico, etc.) ha sido formada en un paisaje diferente al actual. Sin embargo, actúa en el momento presente e impone su punto de vista y su comportamiento como «arrastre» de otra época. Las consecuencias de la no concordancia generacional, están hoy a la vista. 

La dialéctica generacional siempre ha operado y eso es, precisamente, lo que dinamiza a la historia humana. Pero la velocidad de los cambios se está acelerando cada vez más y estamos en presencia de un ritmo vital muy diferente al que se sostenía en otras épocas. 

 (Epílogo del libro Autoliberación, de Luis Alberto Ammann)



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