Las redes vecinales son fundamentales para generar un sentimiento de pertenencia, una fuerza colectiva y un aprecio por el entorno que habitamos. Esto último resulta crucial, ya que el buen mantenimiento de un espacio depende en gran medida de que sus usuarios lo aprecien, y por ello, quieran cuidarlo, como ocurre con nuestros hogares.
En el caso de nuestros barrios, ese sentimiento de aprecio y pertenencia nos puede llevar ya no solo a cuidarlo y mantenerlo, sino a desear mejorarlo y soñar para él futuros mejores, utopías de una convivencia más enriquecedora y fuerte.
En este número de la revista os traemos poemas que nos hablan de este sentimiento de pertenencia, reflexiones sobre la importancia de cuidar de nuestros espacios más cercanos e iniciativas que aportan su grano de arena para la realización de estas utopías.
El número de octubre se titulará "Tristes armas, si no son las palabras", dedicado a temas de diálogo, no violencia y desarme. Abierto a la participación.
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