El pasado 25 de julio celebramos un nuevo encuentro abierto de poesía. Un espacio para encontrarnos y leer poesías, propias o de nuestros poetas favoritos, para comentar, disfrutar e inspirarnos.
María Zambrano escribía en su Filosofía y poesía:
«Asombrado y disperso es el corazón del poeta. No cabe duda de que este primer momento de asombro, se prolonga mucho en el poeta, pero no nos engañemos creyendo que es su estado permanente del que no puede salir. No, la poesía tiene también su vuelo; tiene también su unidad, su trasmundo.En este encuentro estival contamos con poesías de Elena Benayas, de Nicaragua, Carmen Polonio, poeta del barrio, que cuenta con varios poemarios publicados, y Olga Pardo. Además Pilar y Pricilla nos trajeron algunas de sus poesías favoritas que también incluimos más abajo.
De no tener vuelo el poeta, no habría poesía, no habría palabra. Toda palabra requiere un alejamiento de la realidad a la que se refiere; toda palabra es también, una liberación de quien la dice. Quien habla aunque sea de las apariencias, no es del todo esclavo; quien habla, aunque sea de la más abigarrada multiplicidad, ya ha alcanzado alguna suerte de unidad, pues que embebido en el puro pasmo, prendido a lo que cambia y fluye, no acertaría a decir nada, aunque este decir sea un cantar».