Olga Pardo | En estos talleres hay tres trabajos principales que realizamos: trabajos con arcilla, con vidrio y con metal. Tienen técnicas y requieren actitudes diferentes. Básicamente los tres son para atender.
El barro cambia de cualidad al pasar a cerámica (1.000º)
funciona por calor ambiente, sin fuego directo. No se puede hacer con prisas,
tienes que regular tu velocidad, sin forzar el material, dándole tiempo para la
cocción… Necesita mucho de eso que tenemos tan poco: “paciencia”.
El metal y el vidrio, sin embargo, no cambian sus
características esenciales al fundir y aquí sí aplicamos el calor de
forma directa e intensa. El vidrio y los metales se parecen bastante.
De estos trabajos nos interesa, no tanto la parte artística,
sino el tema de manejar la atención.
Si nos interesamos por la historia del ser humano, parece
que hubo un cambio espiritual con el
descubrimiento del poder de operar y cambiar sustancias. No se trataba solo de
fabricar objetos, sino de tomar conciencia de nuestra capacidad de transformar
el mundo que nos rodea y de la intuición de que la vida no termina, sino que se
transforma, como las sustancias…
Todo empezó con el fuego, como ya hemos visto en otros
talleres, que producía cambios. El barro se endurecía y se hacía cerámica… Las
piedras y los metales se tallaban para crear herramientas toscas, pero el fuego
podía fundir los metales y crear formas más perfectas y complejas…
“Entonces empezaron a
pasar de la edad del bronce a la edad del hierro. Los del bronce tenían una
civilización superior, tenían una gran producción, pero claro, no habían
producido el hierro y estos otros primitivos no habían fundido bronce (1.200ºC).
Fundieron hierro (1.300ºC) y vencieron a los otros de la civilización superior
porque tenían una tecnología superior, no una civilización superior” (Charla
de la piedra, Silo).
El bronce se funde a 1.200º C y el hierro a 1.300º C. Se
necesitan hornos y fraguas donde subir a esas temperaturas. Pero antes de llegar a eso hay metales más blandos con los
cuales experimentar. Está el aluminio, que funde a 700º C, y el peltre que solo
necesita 400º C (la temperatura de la cocina de casa) y es fácil de trabajar.
El peltre es una aleación de zinc, estaño y plomo, en una
proporción de 70-15-15. Para fabricarlo necesitamos un hornillo y una cacerola
donde fundimos el zinc (alrededor de 400º C), primero, luego el estaño (230º C)
y, por último el plomo (327º C).
Con el fuego y el desarrollo de la metalurgia se han ido creando diversos mitos que recogían el saber antiguo de forma oral, al principio y más tarde en escritos. Uno de esos mitos es el del gigante de bronce Talos.
En la mitología griega Talos era un gigante de bronce que protegía a la Creta minoica de posibles invasores. Forjado por Dédalo o por
Hefesto, no está claro.
En cualquier caso, se le
presentaba como el infatigable guardián de Creta encargado de dar tres vueltas
cada día a la isla, impidiendo entrar en ella a los extranjeros y salir a los
habitantes que no tenían el permiso del rey. Se decía que cuando Talos
sorprendía a algún extranjero, se metía en el fuego hasta calentarse al rojo
vivo y abrazaba entonces a sus víctimas hasta calcinarlas.
El invulnerable cuerpo
de bronce de Talos era irrigado por una única vena diminuta que lo recorría
desde el cuello al tobillo, donde
estaba rematada por un clavo que le impedía desangrarse, siendo su único punto
débil. Cuando Jasón y los argonautas llegaron a Creta tras obtener el vellocino
de oro, Talos les impidió desembarcar del
Argo
arrojándoles grandes rocas a la bahía.
“…Pero el broncíneo Talos, desgajando peñascos del recio acantilado, les
impedía amarrar sus cables a tierra. Él, entre los semidioses había quedado de
la estirpe de los hombres que nacieron de los fresnos; el Crónida se lo donó a
Europa para que fuese guardián de su isla, y él por tres veces daba a Creta la
vuelta con sus broncíneos pies. Pero si bien… estaba formado de bronce y sin
fractura posible, por debajo del tendón, en el tobillo, tenía una vena llena de
sangre, y la membrana sutil que la encerraba era su límite entre la vida y la
muerte….”. Apolonio de Rodas, Las Argonáuticas, Canto IV. 1630
Según Apolodoro, la hechicera Medea volvió loco a
Talos con sus pócimas, haciéndole creer que podía hacerle inmortal quitándole
el clavo de su tobillo. Al quitar el clavo de su tobillo se desangró y murió. Tras
su muerte, el Argo pudo arribar sin peligro.
Una interpretación de
este mito sugiere que se trata de una alegoría del procedimiento de cera
perdida para fundir bronce… (según Robert Graves).
INTANGIBLES
Hemos hablado en cada taller de tono, permanencia y
pulcritud. El tono está puesto
en lo que te lleva a tu trabajo interno (no en un interés comercial ni
estético). La permanencia en que nos
proponemos una obra y la terminamos. Y la pulcritud
tiene que ver con que cada cosa vuelve a su sitio al terminar.
Estamos aprendiendo de las sustancias y de las formas, de
los continentes y los contenidos. También del trabajo en equipo y de las
relaciones entre nosotros. Experimentamos con objetos externos para trabajar
con nuestro mundo interno, en definitiva, nuestra principal obra.
hola, buenas tardes !! soy Carlos Juarez, me gusta mucho el Peltre y quiero hacer un curso, quiero saber si me pueden indicar donde hacer curso de Peltre en America o Europa, vivo en Medellin Colombia y me gustaría hacer algo en ollas o Jarras de metal con Peltre.
ResponderEliminarAtt Carlos
quiero realizar pequeños cañones para barcos antiguos, preparar los moldes y fundir el material donde puedo aprender
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