Miriam Hidalgo | Los Talleres que venimos haciendo desde hace tiempo están dentro de lo que denominamos el Oficio del Fuego.
Los trabajos en estos talleres son muy inspiradores, pero no se trata de hacer las cosas por la producción artística (si las cosas salen bonitas bien, pero no es lo primario). Se trata de trabajar con las manos, el cuerpo y la cabeza experimentando cómo las transformaciones en la materia prima también producen transformaciones en uno mismo, al tiempo que vamos sacando relaciones con lo que nos sucede en el día a día.
Y así, vamos adquiriendo proporción interna gracias a este trabajo externo, mientras aprendemos:
- Con Permanencia, desarrollando un plan, sin salirse de lo primario y del plan propuesto, aprendiendo a resolver las dificultades que van surgiendo.
- Con Pulcritud, de una forma ordenada al hacer las cosas..., con la cabeza ordenada, el ámbito ordenado y siempre en las mejores condiciones para trabajar… e incluso dejándolo mejor que lo hemos encontrado.
- Con Tono, con atención, de manera reflexiva, intencionando el gusto e interés por lo que estamos haciendo, complementándose con el otro y tratando de estar tranquilo y sin apuro.
Entonces, con este taller queremos llevar piezas de arcilla a cerámica. Es un elemento prehistórico que lo ponemos en el año 2015 con toda la velocidad y el apuro de esta época.