«No puedo tomar por real lo que veo en mis sueños, tampoco lo que veo en
semisueño, tampoco lo que veo despierto pero ensoñando.
Puedo tomar por real lo que veo
despierto y sin ensueño. Ello no habla de lo que registran mis sentidos sino de
las actividades de mi mente cuando se refieren a los “datos” pensados. Porque
los datos ingenuos y dudosos los entregan los sentidos externos y también los
internos y también la memoria. Lo válido es que mi mente lo sabe cuando está
despierta y lo cree cuando está dormida. Rara vez percibo lo real de un modo
nuevo y entonces comprendo que lo visto normalmente se parece al sueño o se
parece al semisueño.
Hay una forma real de estar despierto: es la que me ha llevado a meditar
profundamente sobre lo dicho hasta aquí y es, además, la que me abrió la puerta
para descubrir el sentido de todo lo existente».
(La Mirada interna, Silo)