El 18 de junio de 1992, Silo (Mario Rodríguez Cobos), fundador del Movimiento Humanista, presentó en la Academia de Ciencias de Moscú su conferencia titulada «La crisis de la civilización y el Humanismo». Este discurso, pronunciado en un momento de profundos cambios globales tras la caída del Muro de Berlín, resuena con gran vigencia al observarse la situación mundial actual.
Silo enfocó la crisis no solo como un fenómeno económico o social, sino como una ruptura profunda de creencias y supuestos culturales. Señaló cuatro fenómenos clave que caracterizaban la crisis: la aceleración del cambio sin adaptación de las estructuras sociales, la desadaptación de la psique humana a ese ritmo vertiginoso, la incertidumbre generada por lo inesperado de los acontecimientos y el descreimiento en las instituciones y los modelos ideológicos existentes.
La crisis de ayer y la realidad de hoy
La visión de Silo de 1992 se proyecta directamente a la actualidad. Hoy, la aceleración tecnológica (inteligencia artificial, biotecnología) es exponencial, mientras que las estructuras políticas y económicas parecen incapaces de gestionarla (guerras, desigualdad, crisis climática, genocidios). La desadaptación se manifiesta en el aumento de problemas de salud mental, la polarización social y la sensación de pérdida de rumbo individual y colectivo.
El Humanismo se presenta, entonces y ahora, como una alternativa urgente. Silo propuso un Humanismo Integral que pone al ser humano como valor central y preocupación fundamental, por encima de cualquier sistema. Esto implica rechazar la violencia en todas sus formas (física, económica, racial, religiosa, sexual) y buscar la superación del dolor y el sufrimiento individual y social.
La propuesta humanista frente al colapso
El núcleo del pensamiento de Silo radica en la necesidad de un cambio de enfoque. En lugar de atender a las urgencias superficiales que nos imponen los modelos caducos, la clave está en romper el límite de nuestras creencias para poder formular nuevas preguntas y encontrar respuestas que realmente nos conduzcan a un futuro más humano. Las antiguas ideologías, como advertía, forman parte del mundo que se va, incapaces de responder a la crisis global y estructural.
Concluyendo, la crisis de la civilización descrita por Silo es, esencialmente, la crisis de la deshumanización. Su llamado al Humanismo como fuerza orientadora no es una utopía ingenua, sino una necesidad práctica y ética para construir un futuro en el que la tecnología y las estructuras sirvan a la vida, y no al revés. Frente a la incertidumbre y el colapso de los modelos, esta propuesta nos ofrece la posibilidad de la humanización como proyecto de vida personal y social.
El siguiente video Silo Conferencias La crisis de la civilizacion y el humanismo 1992 contiene una parte de la conferencia de Silo en la Academia de Ciencias de Moscú de 1992, relevante para comprender el contenido del artículo.
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