jueves, 19 de febrero de 2015

Lectura: "Sueño y despertar"



«No puedo tomar por real lo que veo en mis sueños, tampoco lo que veo en semisueño, tampoco lo que veo despierto pero ensoñando.

Puedo tomar por real lo que veo despierto y sin ensueño. Ello no habla de lo que registran mis sentidos sino de las actividades de mi mente cuando se refieren a los “datos” pensados. Porque los datos ingenuos y dudosos los entregan los sentidos externos y también los internos y también la memoria. Lo válido es que mi mente lo sabe cuando está despierta y lo cree cuando está dormida. Rara vez percibo lo real de un modo nuevo y entonces comprendo que lo visto normalmente se parece al sueño o se parece al semisueño.


Hay una forma real de estar despierto: es la que me ha llevado a meditar profundamente sobre lo dicho hasta aquí y es, además, la que me abrió la puerta para descubrir el sentido de todo lo existente».

(La Mirada interna, Silo)

lunes, 2 de febrero de 2015

Taller producción fuego 2015



Alicia Alejandre  Durante siglos aquel ser humano que solo podía conservar el fuego… un día… al tallar los utensilios, al golpear unas piedras con otras, observó se desprendían chispas y que eran las mismas o parecidas que las del fuego que conservaba… 

El fuego lo empezaron a producir hace unos 80.000 años. Se encontraba en la naturaleza, venía de los volcanes, de los bosques, de distintos lados, se consideraba como un regalo, pero antes de que se considerara como un regalo, al principio era amenazante y peligroso.


Esta es la primera diferencia entre los homínidos y los demás animales. Todos ante el fuego huyen y estos ante el fuego se acercan.


...Y cómo hacían para sacar el fuego de ese bosque que está ardiendo, de esa lava que pasa y quema todo, de ese rayo que incendió ese matorral, cómo hacían para tomar ese fuego, antes de que se apague para llevarlo. Si te acercas y lo agarras te quemas vivo. Cómo es ese mecanismo para que este “bicho” se opusiera a su instinto de conservación. 


...Como todos los animales, los homínidos también padecieron un temor cerval hacia el fuego. Pero se acercaron a él con un temor sagrado. Eso es lo interesante. Ven el fuego, y le dan vueltas y vueltas y se animan, en contra de ese temor.


Cómo será el circuito mental en el que uno se opone a lo que dicta el reflejo incondicionado. Su curiosidad se opone a los instintos. Lo mismo que va a pasar después con la respuesta diferida. Llega un estímulo y el sujeto no responde. Responde después. La respuesta diferida es propia de este homínido. Así como la oposición a su instinto de conservación y su opción de investigación frente al peligro. Todas estas cosas están fuera del orden natural de los seres vivos. Ni la respuesta diferida, ni la oposición a su instinto mecánico de conservación son compartidas por otras especies.